miércoles, 20 de agosto de 2008

Nueva estética de la sexualidad... (risas)

Siglo y medio más tarde, Lengua de Trapo publica Tatami, una breve novela firmada por Alberto Olmos, cuya estructura recuerda mucho a la pieza de Tolstoi. Pese a no trascurrir en un tren, sino en un avión (sin accidente de por medio) que traslada a sus dos protagonistas de Madrid a Tokio, Tatami aprovecha el contexto del viaje para justificar el encuentro prolongado de dos personajes antagónicos, obligados a la estrecha convivencia propia de un vuelo de 14 horas en clase turista.

También en este caso, la dinámica del relato se basa en una larga confesión, narrada con estilo literario, sin idiolectos, paulatinamente interrumpida por las protestas, preguntas o imprecaciones del oyente, con algunos momentos ágiles, y hasta teatrales (al comienzo), y otros donde se dinamita cualquier realismo conversacional, tomándose la licencia el autor de hacer hablar subordinadamente a su protagonista durante páginas y páginas. Durante tan largas disquisiciones, Olga, una licenciada virgen de 24 años y enormes pechos, debe soportar la tortura de escuchar las travesuras del adulto Luis, discreto mirón y puntual amante de una adolescente de Tokio, amén de licencioso voyeur de su abultado escote. Hasta aquí podría parecer el argumento de una viñeta de El Jueves, picantona y hasta cachonda por su falta de pretensiones. Por el contrario, Olmos opta por un tono muy serio que recuerda en sus momentos más álgidos a esa sexualidad delicada de Tokio Blues (algo nada casual dada la influencia nipona explícita ya desde el título), pero que en general desemboca en escandalizadas intervenciones de la pacata Olga, asqueada por todo cuanto oye, tal es el profundo rechazo moral que le producen las pajillas de Luis.

No ayuda al disfrute de la novela que Olga sea la voz narradora, de quien se nos trasladan sus ruborosos pensamientos -sin un gramo de sentido del humor- sobre cuanto confiesa Luis, siendo ella más pedante (ergo parodiable) que el hijo del panadero de Aída. Tampoco lo hace el tono general del que Olmos se vale para hablar de sexo, aparatoso como antaño y lleno de revuelos eufemísticos, envarado y sordo a la nueva estética de la sexualidad, promovida desde las alturas artísticas por creadores como Calixto Bieito (Plataforma), Kendell Geers (Irrespektiv), y por fenómenos más pachangueros como Sex in the city, las reuniones tupper-sex y las despedidas de treintañeras que recorren los centros urbanos con pollas de goma plantadas en la frente. Un escritor experimentado como Olmos debería estar más prevenido sobre los tremendos riesgos de la escritura moralizante en los tiempos que corren.

Tatami es además buen ejemplo de la vuelta a la normalidad de la experiencia aérea, definitivamente alejada del romanticismo iniciático y los conflictos límite inherentes al desastre. El avión del siglo XXI es el tren de Tolstoi, un medio de transporte que ya ha perdido todo protagonismo per se. Sus pasajeros han dejado de maravillarse del milagro del movimiento; ahora se miran entre ellos, o bien se aíslan con su gadget audiovisual, como hace Olga y los post-humanos de la Axiom, la nave nodriza de la recién estrenada Wall-e. Sin peligro, dramatismo o espectacularidad, la dinámica colectiva pasa a un primer plano; el avión se convierte en laboratorio social que permite al autor provocar la convivencia obligada entre una gazmoña con estudios y un pederasta de baja intensidad, siempre bajo el férreo control del ambiente enrarecido de cabina. Si son las prohibiciones y las normas lo que nos vuelve civilizados, ¿será el avión post 11s el lugar más civilizado del mundo? Siendo el sexo nuestro instinto por antonomasia, no deja de haber un interesante cruce de sentidos. En el entorno más controlado, dos personajes hablan del control de lo más incontrolable. Ahora imagínese en un asiento de la clase turista, inmovilizado por el cinturón de seguridad, la cabina completamente iluminada, su asiento reducido y la incómoda proximidad del individuo contiguo, el ambiente de malestar tibio, de miedo y vigilancia, y por todas partes instrucciones sobre lo que no debe hacer. Le quedan catorce horas por delante. Entonces el de al lado comienza a mirarle las tetas, y luego a hablarle, con flema de gentleman, de sus perversiones sexuales. Si usted se llama Olga y es virgen, no lo dude: vive dentro de Tatami, la última de Olmos.

MIGUEL ESPIGADO

Podéis ver el artículo completo (muy interesante) aquí.
Nota al autor: Soy una de las pocas personas del planeta que no ve series de televisión.

14 comentarios:

  1. Agradezco mucho la difusión del artículo, y me alegro que te haya divertido lo de la "nueva estética de la sexualidad", una expresión bastante rimbombante con la que quería referirme a la manera en que se ha venido tratando la sexualidad desde diferentes formas artísticas en los últimos años. Ciertamente quedan pocos que sigan indiferentes a las series de TV, incluso entre el gremio de los intelectuales, que hasta hace poco renegaban de base de cualquier producto televisivo. Personalmente creo que atender a fenómenos tan brutales como Sexo en Nueva York (éxito masivo en EEUU, Latinoamerica, Europa y Asia) puede ser útil para tomar el pulso a nuestro tiempo, concretamente para comprender los estereotipos que tanto rigen en el imaginario femenino de estos años. Además, la primera temporada es muy buena. Las siguientes se repiten demasiado, aburren, son más de lo mismo, pero la primera es muy divertida. Un saludo y gracias desde Afterpost.

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  2. De nada, Miguel. Este blog no lee nadie, así que tampoco hay nada que agradecer.

    Pregunto: ¿si es tan difícil encontrar una sola película buena en la cartelera, por qué es tan fácil que tantas series, con todos su capítulos (cientos, por lo que veo) sean buenísimas?

    Y dos: ¿cómo es eso de que la sexualidad femenina de los nuevos tiempos la están escribiendo los hombres (según mis pesquisas, los guionistas son todos hombres)?

    Si me dejas tu mail en un comentario diferente, no lo publico, y así hacemos un poco de namedropping.

    Gracias.

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  3. Me lanzo a contestar las preguntas como buen tertuliano, sin tener demasiadas reflexiones o conocimientos sobre lo que planteas.

    Se habla de una segunda edad de oro de las series (no sabría decir cuál fue la primera). Supongo que siempre hay buenos proyectos y gente con talento, innovadora y con exigencia artística, pero no siempre los que tienen el dinero están dispuesto a arriesgarlo más allá de las fórmulas de rentabilidad comprobada. Andreu Buenafuente, que me parece un referente de televisión de calidad, decía que si la televisión es tan mala es por que los directivos de las principales cadenas no cambian desde hace muchos años y solo saben (y quieren) hacer televisión de la mala manera conocida. También he leído que muchos guionistas de Hollywood están migrando del cine a la televisión porque, al parecer, en las teles encuentran una mayor libertad creativa. Parece mentira, pero hoy en día se está arriesgando más artísticamente en la televisión que en el cine americano. Eso ha dado sus frutos. (En el número 294 de la revista Quimera vienen muy buenos artículos sobre este momento de las series y la televisión en general).

    Respecto a las mujeres, habría que preguntarse si, a pesar las reformas políticas, legales e ideológicas de la sociedad patriarcal heredada, la mayoría de se han emancipado completamente de unos determinados roles que funcionan en todos los ámbitos, también en el artístico. ¿Por qué hay tantas intérpretes (bailarinas, instrumentistas, actrices, etc) y tan pocas escritoras y directoras? Cuando estaba en la universidad en Salamanca, cuatro amigos (todo tíos) montamos un grupo de teatro, y para empezar organizamos un casting. Se presentaron 24 mujeres y solo dos hombres. Meses después, hablando con una de las actrices, ella me hizo notar que los que habíamos organizado el grupo eramos todos hombres, por contra de los intérpretes, que eran todas mujeres menos uno. A lo mejor se trata de una idea un tanto simple, pero yo creo de que hay pocas mujeres escritoras y directoras en general porque suelen elegir otras ramas creativas, como la interpretación, quizás incoscientemente afectadas por los viejos roles o quizás por misterios más insondables. Aún así, el último bombazo en Hollywood lo ha dado Diablo Cody, la guionista de "Juno", donde hay personajes femeninos muy interesantes (a mí me encanta la amiga de la protagonista, la animadora). Sex in the City está basado en un libro escrito por una mujer, Candace Bushnell, y Friends, una de las series más exitosa de la historia, cuyos personajes femeninos han sido tan populares (mi novia confiesa que la heroína de su adolescencia era Rachel), fue creada por Marta Kauffman. Además, las actrices participan muy intensamente en la creación de sus personajes, así como las directores de casting, que suelen ser siempre mujeres (otra paradoja). Hasta aquí mi atrevimiento con el tema.

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  4. Pues este blog lo lee gente lo que pasa es que no te lo dicen, son mujeres intelectualmente frustradas, jovencitas que buscan un mentor y que se preguntan como demonios tu, el autor, has conseguido meterte en la piel de Olga si nunca has sido mujer de turgentes pechos a quien hombre alguno se insinuara en los aviones, en los trenes, en las entrevistas de trabajo. Puede ser que incluso ahora crees que nos comprendes mejor, puede ser que incluso hasta dejes de despreciarnos, como los hombres cuando llegan a la pitopausia y se detienen a escuchar a las ancianas que parlotean en los bancos del parque. Puede que ahora seas un iluminado, y todo.

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  5. Guay, Miguel. Seguro que mis pocos lectores o te entran a discutir o aprovechan tus opiniones. Yo no puedo hacerlo dado que las series de televisión no me interesan en lo más mínimo. Vi los primeros capítulos de a dos metros bajo tierra y me aburrí; vi el primero de Los soprano y no me podía creer semejante mediocridad. Hasta ahí llego.

    Muchas gracias, de verdad.

    saludos

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  6. Emma, tu desconocimiento de mi personalidad (por otro lado, lógico habida cuenta de que no me conoces más allá de quién sabe qué referentes) es absoluto.

    En todo caso, este puede ser el comentario más simpático que me has dejado nunca, por lo que casi te doy las gracias.

    saludos

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  7. Las gracias casi deberia dartelas yo a ti. Pero casi.
    Me ha gustado mucho tu cuento de
    " Las chicas se estan duchando" por cierto.

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  8. Hasta ahora había leído tus novelas y hasta admito que alguna me había gustado, pero Tatami es tan, pero tan malo que de verdad me estoy planteando no volver a leerte nunca. Me indigna que te sientas orgulloso de semejante obra. Deberías bajar la cabeza y silbar, haciéndote el distraído, cada vez que alguien te la mencione.

    Enma comenta que consigues meterte en el papel de la protagonista. A mí me parece justamente lo contrario. Desde mi punto de vista no eres más que un escritor mediocre lleno de prejuicios hacia las mujeres que ha creído ver en Tatami un posible best-seller facilón y fatuo dirigido al gran público.

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  9. Adoro tu comentario, Anónimo. En serio: me hace falta enormemente que me digan cosas así.

    Gracias

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  10. De nada. Es estupendo poder echarte en cara que me hayas hecho perder unas horas de lectura que podría haber disfrutado con una buena obra y un buen escritor (o al menos riguroso y trabajador, con vergüenza de publicar determinadas cosas y respeto por sus propios lectores.

    Un saludo

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  11. Yo no creo que Tatami sea facilon, anonimo de marras. Si que es cierto que se le ve un poco la "intencion" pero creo que se acerca valientemente a un tipo de situacion dificil de describir pero real y posible dentro de la infinitud de posibilidades que ofrece la surrealista existencia. Me explicare : A veces, viajando, siendo joven y muy atractiva me he sentado al lado de viejales, ex sacerdotes, viajantes de comercio, hombres de toda condicion y ralea, jovenes tambien, en fin. Alguna vez ( demasiadas) ellos se han visto compelidos a hablarme, a contarme muchas, demasiadas, estupidas, trascendentales cosas (el ex sacerdorte me confeso que tenia lombrices,para seducirme? lo juro)He escuchado todo tipo de extraños y alambicados argumentos para llevarme a la cama. Creo que sucede con cierto tipo de mujer como Olga, o proyecto de mujer, supongo que a ella lo que le puede es la curiosidad mas que otra cosa. Pero tambien hay otros intereses. Bueno, seria largo de explicar aqui. Pero creo que ella es real y creo que "el" lo ha hecho bastante bien teniendo en cuenta lo que "el" aparenta que es.

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  12. "Me lanzo a contestar las preguntas como buen tertuliano, sin tener demasiadas reflexiones o conocimientos sobre lo que planteas."
    Esto con Franco no hubieras tenido huevos de escribirlo.

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  13. Hola Al,

    Extraño mucho leerte! (es decir algo nuevo) ojala siguieras actualizando este blog con los textos de antaño pero me imagino que eso ya no pasara =(

    Ya acabe El Talento, y me ha gustado mucho pero no es mi preferida, sin embargo sabes que soy tu fan No.1, tambien ya me lei el relato en Público y tengo sed de mas de tus textos!!!

    Me voy a pedir Tatami.

    Yo al igual que Emma te desconozco por completo, aunque tenga el gusto de haberte visto en persona... tan fugaz fue pero en verdad me hacia mucha ilusión conocerte. Casi me atropellan ese dia en mi bicicleta por correr a la estación y llegar a tiempo para verte.

    Se que esta demás decir eso y bueno ya esta. Me estoy pareciendo a Emma que siempre anda contando su vida y lo super sexy que es en sus comentarios, ja.

    Lengua de Trapo deberia venir a la FIL con un stand... son muy pocos los libros que encuentro de tu editorial...

    Lo unico que puedo decir con certeza es que tomas coca-cola light solo por su diseño y que me encanta como no tienes respeto por nadie.

    Besos.

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