domingo, 20 de octubre de 2013

raudo #26

Ser incapaz de elegir entre la risa y el escándalo ante la afirmación por parte de un autor nacido en los años cincuenta, y prescriptor literario durante las últimas tres décadas desde púlpitos privilegiados -de libros que nunca sentí realmente la necesidad de leer-, de que él, hasta ahora, nunca había leído a Thomas Bernhard.