martes, 15 de marzo de 2011

Borgiana

En Madrid, a mediados de marzo de 2011, el novelista Alberto Olmos (1975-2045) concluyó exhausto la lectura de Obras Completas / Jorge Luis Borges (1899-1986), Emecé, Buenos Aires, 1974, edición dirigida y realizada por Carlos V. Frias, que contiene los títulos Fervor de Buenos Aires; Luna de enfrente; Cuaderno de San Martín; Evaristo Carriego; Discusión; Historia universal de la infamia; Historia de la eternidad; Ficciones; El Aleph; Otras inquisiciones; El hacedor; El otro. El mismo; Para las seis cuerdas; Elogio de la sombra; El informe de BrodieEl oro de los tigres, de signatura biblioteconómica N BOR obr, propuesta al préstamo en seis bibliotecas de la Red de Bibliotecas Públicas de la Comunidad de Madrid (BPCM): Canillejas, Central, Latina, Moratalaz, Retiro y Usera (2 ejemplares), y Disponible próximamente (http://www.madrid.org/biblio_catalogos/) en todas ellas desde el momento en el que Alberto Olmos devuelva su ejemplar a la sede pertinente, acontecimiento inevitable pero aún no provocado debido a una parálisis contemplativa del voraz lector y pertinaz novelista sobre el volumen de 22 centímetros de alto y 1.161 páginas de profundidad, verde por fuera y amarillo por dentro, ligeramente descuajaringado, mirada inquisitorial donde las haya y especulativa asimismo, aparejada a una actividad cerebral que, contaminada por la gula de la lectura, da en pensamientos burborgeantes como si N BOR Obr es cifra de algún misterio monumental (N BOR obr, N BRO BRO, N obr obr, Norborb, Bronbro, etcétera y con wikipedia), si el tormentoso timbrado de fechas de devolución obligada del libro visibles en la hoja correspondiente se rige por alguna pauta secreta (como natalicios de escritores islandeses, obituarios de bardos ingleses, efemérides del calendario mandarín, visabras del Tiempo Paralelo, entre otras), si el lector que hace quince años, y también llamado Alberto Olmos, que leyó esta misma edición de Emecé, es el mismo (o no) que el que acaba de leer la edición de Emecé, y si, siendo el mismo, está siendo influido él ahora por él antes (o al revés), siendo el Alberto Olmos en curso precedente desde el futuro del Alberto Olmos bisoño que leyó antes que él (la cursiva es de Borges) Obras Completas /Jorge Luis Borges, Emecé, etcétera (tesis todas a las que ayudarían hechos como que, quince años después, y habiendo apreciado nueva y exactamente los mismos dos o tres cuentos del maestro argentino -Emma Zunz, Esquina Rosada...- y diez o veinte expresiones y metáforas -"surtirá de puñales", "el espejo inquietaba el fondo de un corredor"-, Alberto Olmos se oyó a sí mismo repitiendo la misma frase que Alberto Olmos se oyó asimismo repitiendo hace quince años, a saber: No soporto a Borges), si la similitud extrema en el arranque del cuento El inmortal y el cuento El informe de Brodie, a pesar de estar separados por 21 años germinales, fue intencionada por parte del autor o se debió a un desdoblamiento de Jorge Luis Borges que empezó un cuento en 1949 y lo acabó dos veces, siendo la segunda en 1970, y constituyéndose ambas redacciones en palimpsesto sutil para un relato magistral que quedó a medio camino de tintas y de manos, en tierra de Nobel y de nadie, fatalmente; si Jorge Luis Borges hacía esos poemas tan espantosos por un motivo razonable, como que sus rimas quevedianas configuraban sinfonías silábicas que servirían a los alienígenas venideros para comprender a la Humanidad en su conjunto o a Borges en su matemática; todo esto pensaba Alberto Olmos a punto de erguirse para transportar Obras Completas / Jorge Luis Borges al anaquel N de novela y B de Bernhard (BER), Bioy (BIO), Bolaño (BOL) y finalmente BOR (ges), en la desconsoladora certeza de que entre las 1.162 páginas de aquel volumen lleno de cuentos llenos de libros que los personajes abrían para encontrar extrañezas y japoneses él, después de cuatro días de lectura y manoseo, de fatigar la celulosa, y de una última prórroga a la epifanía de: un marcapáginas, una flor, una hoja otoñal, una lista de la compra o una de animales del emperador, no iba a encontrar trágicamente nada residual y humano, y pequeño, perdido allí, en aquel vasto paisaje sin obsequio.

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Tiempo:  
Cigarrillos: 8