jueves, 30 de julio de 2009

Provocación y disidencia en la literatura


Así se llama el taller que estoy preparando para los Talleres Fuentetaja, y que tendrá lugar entre el 21 y el 25 de septiembre.

Trataré de encontrar con los alumnos alguna definición acertada para estos dos conceptos (provocación, disidencia) y de ver en clase algunos ejemplos de disolvencia verbal en la historia literaria (sobre todo, en la narrativa).

Seguramente pondré un poco de hip hop.

"Niño vuelve al cole,
si todavía no te has percatado del siniestro,
aquí el único que aprende es el maestro"
Rapsusklei

En fin, podéis ver todos los detalles, aquí.

miércoles, 29 de julio de 2009

El estatus, en Desde la ciudad sin cines

Si la anterior novela de Alberto Olmos, Tatami, trascurría en el espacio cerrado de un avión y con el tiempo limitado a las horas de un vuelo Madrid- Tokio, en El estatus el espacio se reduce a un edificio de cuatro plantas, del que, durante las escasas semanas que ocupa el tiempo de la narración, sus protagonistas principales no franquearán las puertas.

Clara madre y su hija, Clarita, han llegado del campo a la ciudad, a un piso de lujo buscado por el marido ausente.

El país, por el uso del lenguaje de los protagonistas, podría ser España, pero no lo es; permaneciendo la novela atemporal y deslocalizada –como dice la contraportada-. En ella también se la compara con un drama de Beckett, supongo que haciendo referencia a su obra Esperando a Godot; en El estatus madre e hija también esperan a un Godot (el padre) que nunca parece acabar de llegar, aunque pesa sobre los protagonistas como una presencia ominosa. Clara madre e hija esperan entre un conserje mudo, una sirvienta deslenguada y las visitas de un empleado de la agencia inmobiliaria que les ha conseguido el piso.

En la contraportada también se cita a Faulkner, e imagino que será por la creación del personaje Jesualdo (el portero) que por momentos, en sus discursos quebrados y absorbentes, recuerda al Ben de El ruido y la furia.

En la contraportada no citan, sin embargo, a Henry James, para mí una referencia clara en esta obra, en la que, como en Otra vuelta de tuerca, el punto de vista narrativo resulta fundamental. Durante la lectura de El estatus la narración es cortada por unos comentarios en letra bastardilla que Clara madre e hija parecen dirigirse una a la otra hablando sobre las escenas de la novela. Un detalle me llamó la atención: en estos comentarios a veces se usa un tiempo verbal pasado y a veces presente; no desvelaré más, pero esto tendrá su influencia en el desenlace de la historia.

En el ambiente claustrofóbico del edificio, situado en Schemelgelme 34 (los nombres, aunque suenan a alemán, también deslocalizan el libro), las situaciones inquietantes parecen sucederse: ruidos, ausencia de vecinos… hasta la desaparición nocturna de la puerta del piso al pasillo del edificio. Aquí posiblemente se produce la gran ruptura de la novela, ya que la reacción de los protagonistas no parece acorde a las circunstancias; y debemos, quizás entonces, miran la portada, esa reproducción de una foto de Franz Kafka con Felice Bauer, para interrogarnos si nos encontramos ante una obra del absurdo de corte kafkiana. Pero sólo hemos de dejarnos guiar por la narración; al final todos, o casi todos, los interrogantes tendrán una explicación plausible, que estará en relación (aunque no de forma absoluta, ya que también son importantes los vínculos que los personajes secundarios tienen entre sí) con los dos puntos de vista principales de la novela: ésta es una historia de fantasmas, como parece creer Clarita; o es una historia de locura, como el lector puede deducir de las reflexiones de Clara. Ésta -la verdadera portadora del concepto de estatus-, vive aislada de los demás, criados, sirvientes… a los que considera inferiores, y mientras espera a su marido (Godot) se dedica a leer. Sólo se nos da una referencia de sus lecturas: El Horla, relato de Guy de Maupassant sobre un hombre que está siendo poseído por una presencia fantasmagórico o que se está volviendo loco (al parecer es un relato bastante biográfico sobre el propio Maupassant).

Una novela corta, que se lee con interés, y estando siempre la narración al servicio de un intenso trabajo con el lenguaje; siendo ésta una de la características de la escritura de Olmos, desde que debutara en 1998 con A bordo del naufragio (Anagrama, finalista del premio Herralde), una replica interesante a los libros rápidos y deslavazados de lo que por entonces se llamó “narrativa joven” (léase Historias del Kronen).

---

Gracias (a google Alerts también)

jueves, 16 de julio de 2009

De un desierto a otro: Monegros>Almería

Este sábado 18 me voy al Festival de Música del desierto de Los Monegros (Huesca) al volante de un automóvil de unos 25 años de antigüedad. Mi acompañante ya está buscando gafas de sol baratas, a ser posible de montura amarilla con forma de estrella. Luego bajaremos hacia Almería, donde trataremos de vivir aventuras postmodernas como quedarnos sin gasolina, recoger holandeses con mochila de las cunetas o escuchar sin reírnos canciones de Nacho Vegas.

Todo muy indie.

Aviso: cualquier amigo residente en la costa levantina es susceptible de convertirse en anfitrión forzoso.

Hasta la vista.

viernes, 10 de julio de 2009

Tatami, en el libro abierto de Daenyel

Desubrí este libro hace ya algún tiempo echando un ojo a la publicidad sobre literatura en una revista; desde ese mismo instante me llamó la atención tanto por su título como por su temática y decidí que tendría que leerlo algún día.

El libro trata sobre una conversación entre Olga, chica vírgen de 24 años, primera de su promoción que viaja por primera vez a Japón a dar clases de español y Luis, hombre que viaja por segunda vez a Japón que cuenta sus "aventuras" a Olga durante su primera estancia donde, como ella, también había dado clases de español; mientras ambos vuelan durante catorce horas entre Madrid y la capital nipona.

Luis relata la relación "interventanal" (dudo de la existencia de esta palabra) que tiene con su vecina adolescente y de cómo él la mira día tras día e incluso se exhibe para ella; y de su relación con una de sus alumnas adultas de sus clases de español.

Es un libro "calentito" si bien no tan sucio (afortunadamente... o no) como me esperaba que iba a ser y, tal vez, demasiado corto (no llega a 120 páginas). Creo que te deja un poco con la miel en los labios pero, a pesar de todo, me ha gustado mucho.

Entre los personajes, mi favorito es el de Olga; me gusta cómo se debate entre la curiosidad por conocer más y su ética y moral por no querer seguir conociendo y como llega a cogerle "cariño" a Luis.

--

Link

---

Arigato.

sábado, 4 de julio de 2009

Tatami deshita

La adaptación de Tanttaka Teatroa me gustó bastante. No soy espectador habitual de teatro y, además, antes de la representación fui convenientemente extorsionado por la extrema amabilidad de Koro, Kike y Fernando (estos dos últimos, directores de la adaptación; ella, en labores de producción), por lo que mi juicio sobre la obra no puede ser menos objetivo.

Saqué algunas conclusiones:

1º. Que uno no debe hacer absolutamente nada cuando le adaptan una novela. Luego vas al teatro y te das cuenta de tu ignorancia para con ese medio y de que todo lo que podrías haber hecho "ayudando" con la adaptación es estorbar.

2º. Que la diferencia entre un texto leído y un texto declamado es enorme; que las frases brillantes por escrito no lo son casi nunca en voz alta; que a todo el mundo le hacen gracia los mismos chistes.

3º. Que las temáticas sexuales en la novela, tan morbosas, se vuelven directamente escandalosas en público. Me produjo cierta incomodidad estar rodeado de personas y escuchar verbos salaces y lances eróticos. Ya digo que no voy mucho al teatro.

4º. Que el estreno de una obra teatral da mucho miedo. No sé cómo pueden soportarlo función tras función.

Y ya.

Aquí hablaban del estreno: El País, Diario Vasco.

Aquí hacen la crítica: Diario Vasco.

Muchas gracias a Tanttaka Teatroa por la descomunal acogida que nos dispensaron.

Les deseo toda la suerte del mundo.

miércoles, 1 de julio de 2009

Donosti

Hoy (en unas horas) estaré en San Sebastián / Donosti en el estreno de Tatami. Voy con mis queridos editores, Raquel y Fernando, Renfe mediante.

Lo digo por si iba a caerme algún ministerio; o alguna regalía. ¡Al móvil!