Según los geólogos la epirogénesis es el crecimiento centímetro a centímetro de una cordillera a lo largo de millones de años. De acuerdo con esa descripción El Estatus es un libro epirogénico. Sepan por qué.
Cada frase, cada página, cada escena y situación sirve para ir acumulando poco a poco intriga, suspense, inquietud y perturbación a todo el relato. La escasez de personajes, únicamente seis en total, y un solo lugar en el cual se desarrolla todo, el portal de Schmelgelme 34, crea una atmósfera claustrofóbica y asfixiante que nos envuelve hasta ahogarnos por completo e hipnotizarnos de lleno.
La extraña relación madre-hija de Clara y Clarita, la fobia de la madre a salir a la calle, el portero de la finca, Jesualdo mudo y servicial, el administrador de fincas Ichvoltz y la criada, se combinan con las voces en off de quienes parecen ser de nuevo la madre y la hija comentando su vida mientras se visualizan actuando.
Nos produce una desazón tremenda desconocer multitud de detalles que se nos ocultan, ignoramos todo sobre el marido ausente, sabemos poco o nada de los demás vecinos, el origen de los demás personajes y los ruidos, roces o desapariciones aumentan nuestro nerviosismo centímetro a centímetro, hasta crear una montaña de sentimientos tenebrosos que sabemos que acabarán mal.
Alberto Olmos ha conseguido subyugarnos con una novela densa, profunda y psicológica hasta ser compulsiva. Incluso es una novela capicúa. Nada produce más temor que los miedos y fobias que tenemos y que Olmos sabiamente combina sin ningún efectismo comercial para regalarnos un relato del siglo veinte(?) fuera de ubicación que nos hará levantar la vista del libro muchas veces y preguntarnos hacia donde nos lleva. Un logro exquisito.
Nos ha gustado mucho: El subir gramo a gramo la intriga
Nos ha gustado menos: Rendirnos ante un relato tan genial
---
El placer de la lectura
En facebook
---
Se agradece.
No he leído la entrada. No quiero contaminarme.
ResponderEliminarA si me llega de una puta vez el libro. De verdad, es desesperante vivir en un gran pueblo con futuro tranvía.
Bah...
¿Son familia tuya?
ResponderEliminarNo.
ResponderEliminarEl 98% de las reseñas que he visto sobre mis libros vienen firmadas por gente que a)no conozco y b)casi nunca sabía siquiera que existían.
Como en el caso de ese blog.
Algún día moriré y, conmigo, tus suspicacias.
No te mueras, haz el favor.
ResponderEliminarSon bromas.
Si yo no existiera qué harías tú rodeado de fanáticos pelotas. Perder el rumbo, como mínimo.
La portada echa patrás, parece otra peli mala de Jaime Rosales. La reseña contrarresta ese efecto.
ResponderEliminarServidor de ustedes y picapedrero es el agresor-autor de la reseña y como es lógico no nos conoce -in person- casi nadie (Ignacio y Manuel García sí) pero estamos dando mucha guerra y ya tenemos 5700 seguidores diarios. No, no somos familia de Alberto, somos independientes, no tenemos ni publicidad ni amo. Pero si Alberto nos invita a unas cañas no se las vamos a negar, jaja.
ResponderEliminarUn Abrazo a todos.
Pp
Muchas gracias, Pepe. Muy bueno tu facebook.
ResponderEliminarSaludos