domingo, 29 de diciembre de 2013
raudo # 96
Capitalismo: una historia de amor, del simpático panfletario Michael Moore -que pasó de la fama al canon (el olvido) en el transcurso de dos o tres años-, filme que veo ahora casi por casualidad -nada tan escasamente navideño como un documental contra el capitalismo: de hecho, la Navidad es el éxtasis del capitalismo- y que disfruto y asumo y aplaudo, amén de verme absolutamente en shock por el milimétrico retrato que ofrece de la degradación social española actual hace cinco años, cuando esa misma degradación cumplía sus lúgubres plazos en Estados Unidos, pues todo lo que pasó allí pasó aquí, y sólo cambia el nombre del banco y la dirección del domicilio desahuciado, las caras y los nombres de los ladrones, el idioma en el que se ejecutan las atrocidades, a lo sumo las cantidades que se manejan, siempre más obscenas que las de nuestro pequeño país paralelo, mimético, clónico, patético, como el loro de un psicópata o la sombra de una gran hucha resquebrajada.
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Capitalismo, una historia de amor: todo un clásico.
ResponderEliminarRecomendable también The big one, o sicko, que no llegaron a las pantallas de cine en España.
¿En la de Capitalismo: una historia de amor era en la que salía la prisión privada para adolescentes, no? Si no fuera porque era real, sería un buen argumento para una novela de ciencia ficción distópica.
saludos
¿Sicko no la estrenaron? Ahí fue donde me bajé de su filmografía, pero pensaba que sí había llegado a las salas españolas.
EliminarY, sí, en Capitalismo es donde aparece ese reformatorio privado que pagó a un juez -sobornó- para que condenara (!!!) a los chavales por cualquier cosa y se pudieran llenar las instalaciones del complejo carcelario.