lunes, 22 de junio de 2009

El estatus en El placer de la lectura

Según los geólogos la epirogénesis es el crecimiento centímetro a centímetro de una cordillera a lo largo de millones de años. De acuerdo con esa descripción El Estatus es un libro epirogénico. Sepan por qué.

Cada frase, cada página, cada escena y situación sirve para ir acumulando poco a poco intriga, suspense, inquietud y perturbación a todo el relato. La escasez de personajes, únicamente seis en total, y un solo lugar en el cual se desarrolla todo, el portal de Schmelgelme 34, crea una atmósfera claustrofóbica y asfixiante que nos envuelve hasta ahogarnos por completo e hipnotizarnos de lleno.

La extraña relación madre-hija de Clara y Clarita, la fobia de la madre a salir a la calle, el portero de la finca, Jesualdo mudo y servicial, el administrador de fincas Ichvoltz y la criada, se combinan con las voces en off de quienes parecen ser de nuevo la madre y la hija comentando su vida mientras se visualizan actuando.

Nos produce una desazón tremenda desconocer multitud de detalles que se nos ocultan, ignoramos todo sobre el marido ausente, sabemos poco o nada de los demás vecinos, el origen de los demás personajes y los ruidos, roces o desapariciones aumentan nuestro nerviosismo centímetro a centímetro, hasta crear una montaña de sentimientos tenebrosos que sabemos que acabarán mal.

Alberto Olmos ha conseguido subyugarnos con una novela densa, profunda y psicológica hasta ser compulsiva. Incluso es una novela capicúa. Nada produce más temor que los miedos y fobias que tenemos y que Olmos sabiamente combina sin ningún efectismo comercial para regalarnos un relato del siglo veinte(?) fuera de ubicación que nos hará levantar la vista del libro muchas veces y preguntarnos hacia donde nos lleva. Un logro exquisito.

Nos ha gustado mucho: El subir gramo a gramo la intriga
Nos ha gustado menos: Rendirnos ante un relato tan genial

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El placer de la lectura
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Se agradece.

7 comentarios:

  1. No he leído la entrada. No quiero contaminarme.

    A si me llega de una puta vez el libro. De verdad, es desesperante vivir en un gran pueblo con futuro tranvía.

    Bah...

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  2. Una curiosidad...23 de junio de 2009, 0:33

    ¿Son familia tuya?

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  3. No.

    El 98% de las reseñas que he visto sobre mis libros vienen firmadas por gente que a)no conozco y b)casi nunca sabía siquiera que existían.

    Como en el caso de ese blog.

    Algún día moriré y, conmigo, tus suspicacias.

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  4. No te mueras, haz el favor.

    Son bromas.

    Si yo no existiera qué harías tú rodeado de fanáticos pelotas. Perder el rumbo, como mínimo.

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  5. El loro de Flaubert23 de junio de 2009, 16:17

    La portada echa patrás, parece otra peli mala de Jaime Rosales. La reseña contrarresta ese efecto.

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  6. Servidor de ustedes y picapedrero es el agresor-autor de la reseña y como es lógico no nos conoce -in person- casi nadie (Ignacio y Manuel García sí) pero estamos dando mucha guerra y ya tenemos 5700 seguidores diarios. No, no somos familia de Alberto, somos independientes, no tenemos ni publicidad ni amo. Pero si Alberto nos invita a unas cañas no se las vamos a negar, jaja.
    Un Abrazo a todos.

    Pp

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  7. Muchas gracias, Pepe. Muy bueno tu facebook.

    Saludos

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