sábado, 12 de octubre de 2013

raudo #18

Parásito, me dice el editor, en relación al, en efecto, sujeto que vive a costa de otro de distinta especie, alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo, quizá antes -o quizá justamente después- de responder a mi pregunta -sobre qué publicará el sello el año que viene- con otra pregunta: ¿estaremos aquí el año que viene?, y quizá después -o justamente antes- de que yo le contara que el sujeto que vive a costa de y alimentándose de y depauperándolo sin ya tiene el libro que acaba de darme -el libro fotografiado en el anterior post-, ese libro donde 20 personas colaboran por apenas nada, y que yo he hecho por nada, y que la editorial ha hecho para ¿estaremos aquí el año que viene?, ese libro, amigos, y le señalo -le ilustro sobre- un comentario delicioso en un blog, donde el sujeto que vive a costa de desvela (sonrisas) la lista secreta (sonrisas) de los autores (20) de nuestro libro, pero no por orden alfabético, como aparece en las diversas notas de prensa enviadas desde hace meses a varios medios de comunicación, ese orden alfabético que figura también en la cubierta del libro, cubierta que algunos autores han colgado de hecho en facebook, sino en un orden que podría figurársenos como aleatorio, al buen tuntún, si no fuera porque es exactamente el orden del índice del libro, sólo de ahí puede haberse copiado, sólo de ahí puede haberse copiado si se tiene ya el libro, pero el libro no existía cuando apareció el comentario, sólo el pdf, el pdf que únicamente teníamos la editorial, yo... y los 20 autores, uno de los cuales, una de las cuales, ha de habérselo pasado al parásito, cuya inteligencia no alcanza para cambiar al menos el orden del listado según lo va transcribiendo, ni para darse cuenta de que hay dos autores más en la página siguiente del pdf, dos autores cuyo nombre, por tanto, no da en su desvelador (!) comentario de la lista secreta (!!): es tan simpática la estupidez, es tan miserable la estupidez, llorar hace semanas por la desaparición de una editorial independiente, llorar el parásito, llorar el autor o la autora que le ha enviado el pdf, y después seguir saboteando a editoriales que no saben si estarán aquí el año que viene, saboteando el propio libro en el que aparece tu texto y tu nombre, la ruinosa inversión que se hizo en tu favor, en favor de 19 autores jóvenes más, enviando alegremente el documento, por ver si en lugar de 500 vendemos 450 y así, con suerte, no estamos aquí el año que viene, y será tan simpático, tan miserable, leer, el año que viene, las condolencias del sujeto que vive a costa de y del autor o de la autora que hace con el libro de todos lo que no haría con su propio libro, plañidos y quebrantos como ay-dios-mío-qué-pena otra editorial pequeña que cierra, ay-virgen-santa-qué-contrariedad otro sello independiente que desaparece, ay-ay cada vez se estrecha más el abanico de posibilidades para que publiquen los autores jóvenes y las voces experimentales y los escritores minoritarios, ay qué pena tan auténtica nos dan los caídos por la crisis económica; sí, amigos, qué simpático va a ser oírles, qué miserable.