domingo, 8 de diciembre de 2013

raudo # 75

Pensar en el misterio de que uno, a veces, con todas las palabras hábiles en su cabeza, y tantas líneas de pensamiento abiertas -así sean bagatelas, asuntos domésticos, preocupaciones de mesa camilla-, pueda llegar a no tener nada que decir, por escrito, durante 24 horas.

2 comentarios:

  1. Somos más emoción que pensamiento. Y el pensamiento que tengamos crece dormitando a trechos.

    ResponderEliminar
  2. Somos más emoción que pensamiento. Y el pensamiento que tengamos crece dormitando a trechos.

    ResponderEliminar